¿El principio del fin?

Pero que no cunda el pánico: como indica la nota minúscula sobre la comilla de cierre, "que nadie jubile a Raúl, son compatibles". Sí, basta con colocar al delantero argentino de extremo para que pueda "compatibilizarse" con el Pollo. El futuro no es sólo de Pipita, sino también del Baúl.

Pero tampoco es para quejarse. Con un canto en los dientes nos hubiéramos dado hace cuatro años, cuando Raúl comenzó su conversión en el Baúl de los Recuerdos, si Marca hubiera sacado una portada sólo la mitad de contundente que esta. Cuatro años. Se dice pronto. Dos para darse cuenta y otros dos para hacerse (hacernos) a la idea, digo yo. No es para quejarse, pero tampoco para echar las campanas al vuelo. Baúl es un invento de la prensa, que ha le ha ensalzado pese a su juego mediocre y en continuo declive durante los últimos años, empeñándose en vender como verdad lo que ningún observador neutral -y no digamos ya los madridistas auténtico- podrían tragarse sin el contínuo machaqueo de la artillería mediática. ¿Por qué? Por dar filtraciones de lo que sucedía en el vestuario, por untar periodistas, por repartir abonos... a saber. El truco, ensalzar su mediocridad a la altura del olimpo futbolístico a la vez que se denigraba, marginaba e ignoraba el buen quehacer de sus posibles sustitutos que acababan largándose del club uno tras otro, constituyendo Robinho el último y más sangrante ejemplo.

Y esta prensa no va a cambiar el discurso de la noche a la mañana. Lo harán poco a poco. Han creado un mito con el que han alimentado al madridismo más cavernícola y ahora no pueden tumbarlo a las primeras de cambio. Cualquiera que haya visto los partidos que ha jugado el Madrid desde el inicio de la pretemporada hasta hoy, ¿puede dudar de la idoneidad de que Higuaín sea titular y Raúl pase una temporada en el banquillo? Sin embargo, cualquier referencia al entierro de la Leyenda se dice con la boca pequeña. Pero es cuestión de tiempo que esto cambie. La misma prensa que lo ha ensalzado no dudará en enterrarlo en el lodo, porque al fin y al cabo, lo que les interesa es vender. Crea un mito, esto vende; tumba al mito, también vende. Y para esto también van a ir en cabeza. A medida que el murmullo del madridismo se vaya acrecentando, a medida que el ver a Baúl en el banquillo deje de ser poco menos que un delito de lesa gravedad para convertirse en algo aceptable, la prensa, supuesta creadora de opinión, dirá lo que el comprador quiera. Pronto veremos a los mismos que han elevado a Baúl a los altares llevarse las manos a la cabeza por verle salir de titular, pese a que el juego del Pollo no haya cambiado un ápice.