Lo de Cristiano y Kaká está muy bien, pero...

En medio de la vorágine multimillonaria de fichajes, de portadas del Marca que dan por hecho a Villa, de Defensa Central realizando prácticas onanístas con Ribery (que ya hay que echarle ganas), nos estamos olvidando del factor del cual depende el éxito o el fracaso de este nuevo proyecto florintiniano. Preguntado por el nuevo Real Madrid que resurge de las cenizas calderorianas cual ave fénix, Cannavaro ha advertido que "El club va a tener que seguir trabajando porque esos jugadores no van a resolver todos sus problemas internos." Y añadió que el más importante de estos problemas internos es el de "conseguir una mentalidad de equipo".

No es el primer caso en que un madridista que acaba de recalar en otro club suelta alguna perla sobre el ambiente que se vive de puertas adentro. Naturalmente no podemos saber qué o quién hace que Cannavaro saque esas conclusiones, pero es fácil hacerse una idea. En su último partido en el Santiago Bernabéu, el de su despedida, el capitán de la "azurra" se quedó practicamente sólo tras el pitido final. Entre las ausencias más notables estuvo la de Baúl González, supuesto líder y portabrazalete del Real Madrid. El Pollo loco había sido pitado por el público hastiado ya de ver cómo se arrastra por el campo un partido tras otro sin que nada, ni nadie, pueda librar al equipo de esta rémora. Ante esta manifestación, el Baúl salió pies para que os quiero, e incluso alguno se asombró de la velocidad de crucero que ganó para alcanzar cuanto antes el túnel de vestuarios y que no tiene cuando se trata de atacar la portería contraria o llegar a un balón. Con cara agriada dejó en la estacada a su compañero, quién al menos contó del apoyo de Casillas para aconsejarle que no se centrara tanto en los Ultrassur y repartiera su adiós por toda la grada.


Kaká y Cristiano, y alguno que otro que queda por venir, son grandes jugadores y tal, pero no pueden obrar milagros ni en el campo ni en las interioridades a las que se refiere Cannavaro. Todo lo contrario, van a llevar el peso del equipo en lo deportivo y lo económico siendo unos recién llegados, e incluso se corre el riesgo de que generen celos en una plantilla que, al fin y al cabo, está formada por seres humanos que tienen debilidades como todos. Ayer muchos medios dieron coba a las imágenes de Cristiano con la Hilton. El luso es un extraordinario jugador y mejor profesional, y eso es lo único que debe preocupar a la afición. Si su periodo de vacaciones le da por tirarse a la tal Paris o montar una orgía en la casa de Hugh Hefner es su problema. El madridismo tiene que sacudirse de encima esa losa que pasa factura a algunos jugadores, según la cual se les exige ser poco menos que monjes de clausura las 24 horas del día y cuyo exponente máximo en los últimos años es Raúl. Al luso le espera una buena sorpresa cuando aterrice en ese vestuario y empiece a recibir consejos del capitán. Cuando un jugador que hace años dejó atras su mejor época le diga cómo tiene que jugar -como se lo dijo a Robinho y tantos otros- el actual balón de oro se descojonará de la risa, pero en cuanto este agonías de pelo greñudo empiece a ordenarle la vida se va a quedar a cuadros.

Con Kaká no habrá ese problema que afectaría a cualquiera que tuviera veintipocos años y más pasta que el tío gilito, ya que da la sensación de que lo suyo es tener a todo el mundo contento y además que cuando dice "mierda" o "joder" se pone a rezar unas cuantas avemarías, pero va a coincidir con Cristiano en otro aún mayor, esto es, el yoísmo crónico del cáncer blanco. Baúl no va a soportar que el estrellato recaiga en otros, que no sea él quién venda más camisetas, que los del Marca o el AS busquen entrevistas con quiénes han realizado un gol espectacular antes que con él por haber marcado su tanto número 312. No lo va a aguantar como no aguantó a los anteriores galácticos. Por no hablar de lo que sería ese vestuario si llega Villa. Es que no lo quiero ni imaginar. De la segregación de algunos jugadores íbamos a pasar a un auténtico Apartheid.



Está muy bien traer jugadores de élite, cracks mundiales y todo eso, pero, como advierte Cannavaro, hay que resolver los problemas internos, hay que hacer equipo. Kaká y Cristiano sí harían equipo, el Pollo no, porque no alcanza ni de lejos el nivel de esos dos. La salida obvia para el Eterno Capitán, la de siempre, será trazar una línea entre el ellos y el nosotros. "Ellos" son los que aprovechan su sustancioso sueldo para irse de juerga durante las vacaciones, "ellos" son los que llegan antes al entrenamiento y se van los últimos (sí, amiguitos, Cristiano lo hace y además lleva una vida ascética durante toda la temporada) pero no realizan actos benéficos, "ellos" tienen calidad y nosotros no sabemos darle una patada a un bote, pero a las once estamos en casa y a saber dónde estarán "ellos". Porque esto funciona así. Porque hemos visto que a Robinho se le trataba de borracho y ÉL nunca decía ni "mú" en su defensa, al mismo tiempo que contemplábamos a Salgado fumar y ponerse de alcohol hasta las cejas en una discoteca y aquí no pasó nada. Naturalmente, en esto el papel de la prensa es fundamental. Ni el portugués ni el brasileño tendrán que enfrentarse a eso de "chupa mucho" como le pasó a Robben, pero será la prensa rosa la que ira a degüello contra el primero, que además ha costado un potosí con el que se habría alimentado a mil millones de negritos en Biafra, que esto es un escándalo, Ana Rosa.

Sinceramente, no veo al Madrid ganando un título la próxima temporada, al menos uno importante, porque ese vestuario va a ser un volcán. Y ni Pellegrini, ni Mourinho, ni Capello podrían solucionarlo, porque es imposible dirigir un colectivo cuando el líder natural de éste es precisamente quién se dedica a poner palos en las ruedas. Este equipo sólo empezará a funcionar cuando el Capitán desaparezca del mapa, si no físicamente, al menos que se difumine su peso. No será titular, es imposible que sea titular, y eso empeorará más la situación. La única esperanza es que el desgaste sea tan tremendo que a los pocos partidos de Liga la gente se haya olvidado de él. Entonces sí empezará a funcionar el conjunto en el césped y fuera de él. Pero este jorobado es hueso duro de roer y me temo que ese desgaste llevará al menos una temporada. Espero equivocarme.


Por cierto, no dejéis de leer esta entrada de El Socio sobre Carvajal. Menudo pájaro el mentor del Baúl. Así nos ha salido esta joyita con chepa.