"No es el Cassano que conocía", decía con asombro Capello en una de sus primeras ruedas de prensa ya como entrenador del Madrid en referencia al estado de forma del delantero italiano que tuvo a sus órdenes en la Roma. "Pues espérate a que veas a Raúl" le tendría que haber contestado alguno. Y no nos referimos sólo al hecho de que ahora luzca una frondosa melena en su testa, muy distinta al rapado militar que lucía hace diez años.
La cara que se le habrá quedado a Capello viendo el partido que ha hecho Raúl en el amistoso ante el Fulham debe haber sido para enmarcar. Sólo dos jugadas a reseñar del delantero (o lo que sea) del Real Madrid. La primera, en torno al minuto diez. Remata un balón en la frontal del área que le venía raso desde la izquierda. Tiro fácil que hasta un niño de cinco años habría sido capaz de dirigir hacia los tres palos pero que Raúl ha enviado fuera del estadio. Lo mejor, el comentarista de RealmadridTV, según el cual esa había sido la mejor oportunidad del equipo desde la de Bautista. El brasileño había quebrado a dos rivales y disparado un proyectil desde fuera del área que fue rechazado por el larguero. Como vemos, igualito.
La otra gran intervención fue cuando Guti envió un pase bombeado desde la derecha hacia Cassano, que lo esperaba desmarcado en el área, a la izquierda del ataque del Madrid. Con el italiano a punto de recibir el balón, Raúl se puso por medio y se lo cedió de cabeza al portero. La Yihad raulista dirá que es por las ganas y el corazón que le echa, muchos dirán que es por chupar jugada, y la mayoría, que estorba. Durante los cuarenta y cinco minutos que estuvo en el terreno de juego el único interés que ofreció Raúl al espectador fue el averiguar en qué posición jugaba. Ni siquiera los comentaristas lo tenían claro. Si en el primer partido se ganó, si en el segundo se goleó, en el tercero, el del debut de Raúl, se ha empatado a cero. Que cada cual saque sus conclusiones.
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1 comentario:
Esperemos que después de la cara el cerebro se le haya quedado con la solución ideal, el banquillo.
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