Insaciables

El Baúl de los recuerdos es, en efecto, insaciable. No se cansa de sumar un récord (personal) tras otro. Si el otro día superaba el número de partidos jugados por Sanchís en uno, al siguiente le superaba en dos. No hay límite que no pueda superar. Máximo goleador del Madrid -con un porcentaje irrisorio compensado con una cantidad de partidos anormal-, máximo goleador de la historia de la Liga, máximo número de partidos sin ver una roja, máximo número de saques de banda, de palmas por minutos, de kilómetros recorridos sin levantar la cabeza del suelo. Yo que sé. A esto le llaman ambición. Hasta en lo de tener hijos no parece ver el final. A este paso va a tener el número suficiente de vástagos para montar un equipo de fútbol. Que dios nos coja confesados.

Y esa ambición se traslada a su entorno, es decir, a él y a su agente. No tienen bastante con la cantidad de ríos de tinta que ha generado la gesta de marcarle dos tantos a un equipo como el Valladolid, que salvó la permanencia hace unos meses de puro milagro. Que ya le hayan puesto la soga al cuello a Benzemá, a espera del próximo examen, del siguiente gol a un equipo menos que menor para azuzar el caballo sobre el que está asentado, no es suficiente para el entorno baulero.

Porque resulta que ahora aparece otra de esas noticias del interés de un equipo por hacerse con los servicios del Baúl para que él pueda rechazarla como César rechazó la corona. "No. Yo soy sólo un servidor del madridismo. Me voy a quedar toda la puta vida poniendo y quitando entrenadores, jugadores, presidentes y utilleros, jugando hasta que las piernas se me caigan a cachos, porque me debo a este club". Gracias Baúl, qué haríamos sin tí. Qué casualidad, dirá alguno, que justo ahora, a estas alturas, cuando no se puede fichar a nadie, salte esto. Qué cuento chino, dirá la mayoría. Aciertan ambos. Es un cuento chino que sale ahora, cuando la yijhad bauliana está en pleno éxtasis, para reforzar las posiciones.

¿Y qué equipo es ese que ha hecho una oferta irrechazable, excepto para seres supraterrenales como ÉL? Pues nada más y nada menos que el Bunyodkor. Sí, han leído bien. Se trata de un equipo de Uzbekistán, supongo que para evitar que aparezca el entrenador de turno desmintiendo tal interés, como sucedió con el Chelsea o el Manchester City, sobre todo con este último, cuyo técnico ya había comparecido en rueda de prensa para negar la existencia de una oferta por el bulto casi veinticuatro horas antes de que Baúl, en la portada del Marca, la confirmara. Es que en Uzbekistán no abundarán los traductores de Español que adviertan a los dirigentes del club de cómo se está usando su nombre. Vamos, que ni se habrán enterado.

Eso sí, puestos a inventarse las cosas, ¿para qué poner una cifra? Ya no son 40 o 50 millones por arrastrarse durante los próximos tres o cuatro años. Quiá, eso para los Messi y los Ronaldo de turno. A él le han ofrecido un cheque en blanco. Así, como suena. Qué ¿a que es creíble la historieta esta? Pues esperen, que todavía falta lo mejor. ¿Saben quién entrena al Bunyodkor ese? Pues nada más y nada menos que Luis Felipe Scolari. Ése, según la información que habría filtrado Carvajal era el primer interesado en que el Baúl recalase por la exrepública soviética. Sí, ese. El mismo que no hace mucho acusó al jugador de "ser el problema del Real Madrid" y el dueño del vestuario, y "¡ay de quién no le guste! Incluso el técnico". Pues ahora resulta que quiere llevarse ese jugador.

Pero que esté tranquilo Scolari, que aunque lo hubiera pedido para que le hiciese la eutanasia del vestuario -oigan, cada cual tiene sus vicios y manías, ¿no?- el Pollo no se mueve. Qué bien, al menos alguien se queda tranquilo. "Gracias, pero mi sitio está en el Real Madrid", ha declarado el récordman. Buf, qué bien les va a sonar esto a los Toñines y Ronceros de turno, ¿verdad? Música para sus oídos. Ya sólo les queda proponerle para Santo. Qué coño para santo, ¡para suplir a Jesucristo! Porque lo que el nazareno hizo al negar la tentación del demonio en el desierto, quién llegó a ofrecerle todo el mundo a cambio de que se postrara ante él, palidece ante lo que hace el Baúl. Eso sí que es resistirse a la tentación y no lo de Cristo, coño, que se lo reconozcan.