Entre la guardia pretoriana mediática que defiende las excelencias de Raúl y su derecho a ser titular indiscutible del Real Madrid hasta que se pueda ejercitar el snowboard en el infieno, Juan Manuel Rodriguez ocupa un lugar preferente. El periodista de la COPE tiene un blog en Libertad Digital cuyo título lo dice todo: "El penúltimo raulista vivo". No prestamos mucha atención a lo que comenta el susodicho en su blog porque si nos pusiéramos a rebatir todos los argumentos de la Yihad mediática no acabaríamos nunca. Además, pocos argumentos hacen falta cuando vale con ver un partido de Raúl con el Madrid o la selección para comprobar la dura realidad. Quiénes se crean las soflamas de los Ayatollahs raulianos a estas alturas tienen poca salvación, la verdad. Nos hayamos ante auténticos adictos a Raúl González, o mejor dicho, fanáticos, que son los que configuran las huestes de la Yihad a las que se dirige Juan Mullah Rodríguez.
Pero lo de hoy me ha dolido mucho. Tardaba algún profeta de la Yihad en señalar con su dedo acusador a los apóstatas, a los que reniegan de la fé rauliana, acusándoles nada más y nada menos que de "antimadridistas" o, en el mejor de los casos, madridistas "que han caído en las redes tejidas por los antimadridistas". Vamos, que merecen la misma consideración que aquellos que en las teocracias islamistas no se ciñen a los preceptos de la Sharia. No deja de tener su guasa que esta acusación venga de un periodísta que ejerce como comentarista en la radio de la Conferencia Episcopal, esto es, en la COPE. A partir de ahora, cada vez que vea un partido de Raúl en el que no busque huecos, en el que no se desmarque, en el que no de pases de goles (lo de marcarlos ya sería un milagro) en el que no haga nada, y piense: "pues esto no es bueno para el equipo" me voy a acordar del periodista de la COPE y me sentiré como Martín Lutero cuando planteó eso de que vender la salvación a plazos mediante el pago de indulgencias no era muy cristiano. Por muy razonables que fueran las críticas del teólogo alemán la Iglesia tardó mucho tiempo en aceptarlas y renovarse en el Concilio de Trento, aunque mucho menos de lo que tardaremos en ver a otro jugador que siente a Raúl en el banquillo para aportar algo al equipo, me temo.
Las razones de Juan Mullah Rodríguez para defender la titularidad del capitán, pues las mismas de siempre: que ningún entrenador le ha sentado nunca, ni "Valdano, Camacho, Del Bosque, García Remón, Queiroz, Luxemburgo o López Caro". ¿Explica el por qué? No. Esto es como el principio de autoridad: Raúl es titular porque siempre lo ha sido, punto, y tú te callas, so hereje. Es lo que en la Edad Media se llamaba "principio de autoridad". Si Maimónides decía que algo era así pues era así por mucho que la ciencia hubiera avanzado una barbaridad y los avances técnicos de la época nos dijeran algo radicalmente distinto. Y si te ponías chulo, a la inquisición y a la hoguera. Llegado el caso, podemos salvarnos con las mismas palabras que en su día pronunció Gallileo en el juicio al que le sometieron por afirmar que era la tierra la que giraba en torno al sol: "Y sin embargo, se mueve". Eso seguro que calma a la Yihad, porque lo de moverse es la característica más sobresaliente de Raúl. Que no hará otra cosa, pero reconoces que se mueve y sus fanáticos pasan de odiarte a considerarte colega de toda la vida. Claro, ¿qué más se le puede pedir a un jugador de fútbol?
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