Jor-El depositó suavemente a su hijo en la cápsula estelar. A través de las ventanas del laboratorio podían verse las esbeltas torres de Krypton temblar mientras que su gigantesco sol rojo se extendía devorando el cielo. Pronto estallaría en supernova arrasando la orgullosa civilización kryptoniana cuyo consejo había desdeñado por imposibles las teorías del líder de la casa de El sobre el fin del planeta.
- ¿Por qué a la tierra, Jor-El? Es un lugar atrasado y salvaje, no tendrá ninguna oportunidad de sobrevivir.
El científico se volvió hacia su esposa Lara y le habló calmadamente:
- Las tendrá todas. Parecerá como uno de ellos pero no será uno de ellos. Las condiciones físicas de la Tierra le otorgarán grandes poderes. Será fuerte. Y resistente, prácticamente invulnerable. Su mayor densidad molecular le permitirá burlar la escasa gravedad de la tierra. Será ágil y veloz, muy rápido.
Afuera la tierra temblaba, los edificios se derrumbaban y la multitud corría por las calles mientras el núcleo del planeta pugnaba por liberarse de su corteza. No había salvación posible. Lara se abrazó a su marido y suspiró más tranquila al saber que su único hijo se salvaría de la extinción.
- Bueno, si va a ser un Dios, como dices, por lo menos conseguirá cumplir su mayor sueño: jugar en el Real Madrid y ser el relevo generacional de Raúl.
El laboratorio se desintegraba como todo el planeta, bañado por la luz roja. Jor-El meditó mientras miraba a su esposa durante unos breves instantes y entonces sacó al niño de la cápsula para ponerlo en los brazos de su madre.
- ¿Sabes qué, Lara? Me parece que va a ser más feliz si se queda con nosotros.
- ¿Por qué a la tierra, Jor-El? Es un lugar atrasado y salvaje, no tendrá ninguna oportunidad de sobrevivir.
El científico se volvió hacia su esposa Lara y le habló calmadamente:
- Las tendrá todas. Parecerá como uno de ellos pero no será uno de ellos. Las condiciones físicas de la Tierra le otorgarán grandes poderes. Será fuerte. Y resistente, prácticamente invulnerable. Su mayor densidad molecular le permitirá burlar la escasa gravedad de la tierra. Será ágil y veloz, muy rápido.
Afuera la tierra temblaba, los edificios se derrumbaban y la multitud corría por las calles mientras el núcleo del planeta pugnaba por liberarse de su corteza. No había salvación posible. Lara se abrazó a su marido y suspiró más tranquila al saber que su único hijo se salvaría de la extinción.
- Bueno, si va a ser un Dios, como dices, por lo menos conseguirá cumplir su mayor sueño: jugar en el Real Madrid y ser el relevo generacional de Raúl.
El laboratorio se desintegraba como todo el planeta, bañado por la luz roja. Jor-El meditó mientras miraba a su esposa durante unos breves instantes y entonces sacó al niño de la cápsula para ponerlo en los brazos de su madre.
- ¿Sabes qué, Lara? Me parece que va a ser más feliz si se queda con nosotros.
EL SEÑOR DE LOS ANILLOS - El Retorno del Raúl.
Raúl González, hijo de Gondor: "Sí bueno ¿no?, ¡¡¡ Rauleros !!!,
¡¡¡ veo en vuestros ojos el mismo miedo que encogería mi corazón !!!.
¡¡¡ Pudiera llegar el día en el que un entrenador tuviese cojones de dejarme en el banquillo, olvidaramos que tengo que jugar por decreto ley y me dejasen chupando banquillo o grada que es lo que me merezco, sí bueno ¿no? !!!. ¡¡¡ Pero hoy no es ese día !!!. Hoy..... ¡¡¡ sigo siendo titular por decreto !!!
Rauleros: ¡¡¡¡ SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII !!!! ¡¡¡ Raúl, Raúl, Raúl, Raúl !!!
Raúl González, hijo de Gondor: "Sí bueno ¿no?, ¡¡¡ Rauleros !!!,
¡¡¡ veo en vuestros ojos el mismo miedo que encogería mi corazón !!!.
¡¡¡ Pudiera llegar el día en el que un entrenador tuviese cojones de dejarme en el banquillo, olvidaramos que tengo que jugar por decreto ley y me dejasen chupando banquillo o grada que es lo que me merezco, sí bueno ¿no? !!!. ¡¡¡ Pero hoy no es ese día !!!. Hoy..... ¡¡¡ sigo siendo titular por decreto !!!
Rauleros: ¡¡¡¡ SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII !!!! ¡¡¡ Raúl, Raúl, Raúl, Raúl !!!
(F. Redondo)
RAUL RUNNER
He visto cosas que vosotros no creeríais, sí, bueno ¿no?. He visto a un futbolista no acertar ni una en tres años mientras su afición le seguía aplaudiendo, sí, bueno ¿no?. He visto balones de oro asaltar el aeropuerto de Barajas para irse a otro equipo porque no podían ser titulares, sí, bueno ¿no?. He visto jugadores resplandecer como rayos para apagarse a la sombra del capitán, sí, bueno ¿no?.
Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia, como los disparos de Raúl se pierden por encima de larguero. Y los que nos quedan.
No es hora de morir pero me quiero ir de este mundo. Esto ya no hay quien lo aguante.
Sí, bueno ¿no?
Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia, como los disparos de Raúl se pierden por encima de larguero. Y los que nos quedan.
No es hora de morir pero me quiero ir de este mundo. Esto ya no hay quien lo aguante.
Sí, bueno ¿no?
(Zinedina05)
EL PLANETA DE LOS RAULES (con perdón).
Taylor seguía la costa a la grupa de su caballo. Tras él, la chica se sujetaba a su cintura. La había llamado "Nova", pues suponía un nuevo comienzo, una nueva Eva con la que daría a luz una nueva humanidad y dejaría atrás a aquellos simios dementes que dominaban el planeta. Atrás quedaba el intolerante Zaius, que le recordaba demasiado a los intransigentes medievales del planeta Tierra, y sus gorilas guardianes. Quedaba también buenos amigos como la doctora Zira (quién le iba a decir al despegar de la tierra que acabaría besando a un simio) y su marido, el chimpancé Cornelius. Pero su destino estaba más allá, en la "Zona prohibida". Como un pionero del oeste llevaba un fusil en su regazo mientras avanzaba hacia la puesta de sol, una imagen muy alejada de la de un astronauta que había viajado hasta los límites del universo conocido y más de mil años hacia el futuro.
Entonces, al sobrepasar unas dunas que alcanzaban el mar y dividían la playa, la vió. La reconoció al instante pese a la errumbre que la cubría y al hecho de estar casi enterrada. Esa mano alzada, esos aces de metal que coronaban su cabeza, esos... De repente, algo le golpeó en la cabeza y le arrojó inconsciente del caballo. Nova descendió del animal aterrorizada para cuidar y proteger a su compañero. Examinó el extraño objeto que había impactado contra su cabeza. Era totalmente esférico, con extraños diagramas que su primitiva mente no podía descifrar.
- Sí, bueno, lo siento ¿no?
Se giró al humanoide que pronunciaba esas palabras que no alcanzaba a entender.
- Sí, bueno... es que estábamos jugando en la playa, estamos de pretemporada... sí, bueno ¿no? Se me ha desviado el disparo, quería meter el balón en la portería esa -el extraño señaló en la dirección opuesta a la que estaban ellos- ¿no? Y osea, que no le he dado bien pero que no pasa nada, sí, bueno ¿no?
Si Taylor hubiera estado consciente no sólo hubiera ratificado que había vuelto a la tierra mil años en el futuro por las ruinas de la estatua de la Libertad, sino también que Raúl seguía siendo titular y capitán indiscutible del Real Madrid. Pero en ese momento estaba demasiado pendiente de las estrellitas que giraban en torno a su cabeza como para pensar en nada.
EL PLANETA DE LOS RAULES (con perdón).
Taylor seguía la costa a la grupa de su caballo. Tras él, la chica se sujetaba a su cintura. La había llamado "Nova", pues suponía un nuevo comienzo, una nueva Eva con la que daría a luz una nueva humanidad y dejaría atrás a aquellos simios dementes que dominaban el planeta. Atrás quedaba el intolerante Zaius, que le recordaba demasiado a los intransigentes medievales del planeta Tierra, y sus gorilas guardianes. Quedaba también buenos amigos como la doctora Zira (quién le iba a decir al despegar de la tierra que acabaría besando a un simio) y su marido, el chimpancé Cornelius. Pero su destino estaba más allá, en la "Zona prohibida". Como un pionero del oeste llevaba un fusil en su regazo mientras avanzaba hacia la puesta de sol, una imagen muy alejada de la de un astronauta que había viajado hasta los límites del universo conocido y más de mil años hacia el futuro.
Entonces, al sobrepasar unas dunas que alcanzaban el mar y dividían la playa, la vió. La reconoció al instante pese a la errumbre que la cubría y al hecho de estar casi enterrada. Esa mano alzada, esos aces de metal que coronaban su cabeza, esos... De repente, algo le golpeó en la cabeza y le arrojó inconsciente del caballo. Nova descendió del animal aterrorizada para cuidar y proteger a su compañero. Examinó el extraño objeto que había impactado contra su cabeza. Era totalmente esférico, con extraños diagramas que su primitiva mente no podía descifrar.
- Sí, bueno, lo siento ¿no?
Se giró al humanoide que pronunciaba esas palabras que no alcanzaba a entender.
- Sí, bueno... es que estábamos jugando en la playa, estamos de pretemporada... sí, bueno ¿no? Se me ha desviado el disparo, quería meter el balón en la portería esa -el extraño señaló en la dirección opuesta a la que estaban ellos- ¿no? Y osea, que no le he dado bien pero que no pasa nada, sí, bueno ¿no?
Si Taylor hubiera estado consciente no sólo hubiera ratificado que había vuelto a la tierra mil años en el futuro por las ruinas de la estatua de la Libertad, sino también que Raúl seguía siendo titular y capitán indiscutible del Real Madrid. Pero en ese momento estaba demasiado pendiente de las estrellitas que giraban en torno a su cabeza como para pensar en nada.
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